Primeros presidentes Fructuoso Rivera y Manuel Oribe.
Fructuoso Rivera
Caudillo de la independencia, político, militar, fundador del Partido Colorado y primer presidente de la República.
Rivera nació el 17 de octubre de 1788 y falleció en 1854.
Desde niño estuvo en contacto con los trabajos rurales y tempranamente adhirió a la revolución, acompañando a Viera y Benavides en los días siguientes al Grito de Ascencio (1811).
Acompañó a Artigas en la Batalla de las Piedras y el Éxodo. Tuvo actuación decisiva en la batalla de Guayabos (1814) luego de la cual Montevideo pasó a manos de los orientales. Artigas lo nombró Comandante de Armas de Montevideo , y durante la invasión inglesa fue el último jefe en abandonar la lucha.
Los orientales lo seguían, seducidos por sus virtudes “gauchas” y por su carácter desprendido y dadivoso.
Cuando se constituyó el nuevo Estado, Rivera fue su primer presidente constitucional (1830-1834). Durante su presidencia se dedicó a recorrer el territorio nacional descuidando su administración, tuvo que enfrentar dos sublevaciones de Lavalleja y en 1831 dirigió una cruenta campaña contra los grupos de charrúas que sobrevían en el país (Matanza de “Salsipuedes”).
El 1º de marzo de 1839 fue elegido presidente por segunda vez e inmediatamente le declaró la guerra a Juan Manuel de Rosas, que apoyaba a Oribe. Entre 1839 y 1851 su actuación estuvo sometida a los avatares de la Guerra Grande, durante la cual, a partir de 1843, Oribe puso sitio a Montevideo y estableció un nuevo gobierno radicado en el Cerrito, que dominaba todo el territorio de la república, salvo la capital.
Durante ese período, y una vez terminado su segundo mandato presidencial, tuvo conflictos con sus correligionarios del gobierno de la Defensa, al punto de que en 1847 se decretó su destierro y fue enviado a Río e Janeiro donde estuvo detenido durante algunos meses. Se lo acusaba de querer entablar negociaciones con Oribe para llegar a una paz entre orientales que evitara la ruina de una nueva nación.
Cuando terminó la Guerra Grande (8 de octubre de 1851) permaneció en Brasil y al fracasar el gobierno de Francisco Giró fue sorpresivamente designado miembro del Triuvirato (junto a Flores y Lavalleja, con quien se había reconciliado). Volvió por tierra a su patria pero, ya muy enfermo, murió el 13 de enero de 1854, en las orillas del arroyo Conventos.
Desde niño estuvo en contacto con los trabajos rurales y tempranamente adhirió a la revolución, acompañando a Viera y Benavides en los días siguientes al Grito de Ascencio (1811).
Acompañó a Artigas en la Batalla de las Piedras y el Éxodo. Tuvo actuación decisiva en la batalla de Guayabos (1814) luego de la cual Montevideo pasó a manos de los orientales. Artigas lo nombró Comandante de Armas de Montevideo , y durante la invasión inglesa fue el último jefe en abandonar la lucha.
Los orientales lo seguían, seducidos por sus virtudes “gauchas” y por su carácter desprendido y dadivoso.
Cuando se constituyó el nuevo Estado, Rivera fue su primer presidente constitucional (1830-1834). Durante su presidencia se dedicó a recorrer el territorio nacional descuidando su administración, tuvo que enfrentar dos sublevaciones de Lavalleja y en 1831 dirigió una cruenta campaña contra los grupos de charrúas que sobrevían en el país (Matanza de “Salsipuedes”).
El 1º de marzo de 1839 fue elegido presidente por segunda vez e inmediatamente le declaró la guerra a Juan Manuel de Rosas, que apoyaba a Oribe. Entre 1839 y 1851 su actuación estuvo sometida a los avatares de la Guerra Grande, durante la cual, a partir de 1843, Oribe puso sitio a Montevideo y estableció un nuevo gobierno radicado en el Cerrito, que dominaba todo el territorio de la república, salvo la capital.
Durante ese período, y una vez terminado su segundo mandato presidencial, tuvo conflictos con sus correligionarios del gobierno de la Defensa, al punto de que en 1847 se decretó su destierro y fue enviado a Río e Janeiro donde estuvo detenido durante algunos meses. Se lo acusaba de querer entablar negociaciones con Oribe para llegar a una paz entre orientales que evitara la ruina de una nueva nación.
Cuando terminó la Guerra Grande (8 de octubre de 1851) permaneció en Brasil y al fracasar el gobierno de Francisco Giró fue sorpresivamente designado miembro del Triuvirato (junto a Flores y Lavalleja, con quien se había reconciliado). Volvió por tierra a su patria pero, ya muy enfermo, murió el 13 de enero de 1854, en las orillas del arroyo Conventos.
Manuel Oribe.
Nacido el 26 de agosto de 1790, sus padres fueron el Cnel. Francisco Oribe y Francisca Viana.
Hizo su educación escolar en un colegio dirigido por un maestro catalán de apellido Barchillón.
A edad muy temprana, se incorporó a la revolución de
la Banda Oriental, poniéndose a las órdenes del Gral. Rondeau durante
el sitio de Montevideo por las fuerzas de Buenos Aires y Artigas,
integrando el batallón Dragones de la Patria.
Participó en el Combate del Cerrito, en
que las fuerzas patriotas derrotaron una salida de los españoles de
Montevideo; lo que le valió que se le otorgara el grado de Alférez.
Al producirse el éxodo
de Artigas, Oribe se mantuvo con el ejército bonaerense, y entró en
Montevideo con las fuerzas al mando de Otorgués, en junio de 1814.
Posteriormente, con motivo de la invasión portuguesa y la captura de
Montevideo por el ejército comandado por Lecor, se unió a Artigas, a
cuyas órdenes peleó en el Combate del Catalán. Sin embargo, en 1817 optó
por dirigirse a Buenos Aires donde se le reconoció el grado de Capitán
que tenía en el ejército oriental.
Se unió a Lavalleja
en la preparación de la invasión de la Banda Oriental; siendo nombrado
por Lavalleja como segundo jefe del contingente de los Treinta y Tres
orientales, que desembarcaría en la Playa de la Agraciada en 19 de abril
de 1825.
Durante la campaña de los Treinta y Tres, se destacó especialmente en la Batalla de Sarandí,
del 12 de octubre de 1825, en la cual comandó el cuerpo central del
ejército patriota. Combatió también en las batallas de Ituzaingó y
Camacuá.
Cumplido el proceso de institucionalización de la República Oriental
del Uruguay, y electo Presidente de la República el Gral. Fructuoso Rivera,
Oribe se une al partido de Lavalleja, en la oposición al Gobierno. Sin
embargo, poco después pasa a colaborar con el Gobierno, siendo ascendido
a Coronel Mayor; y es designado Ministro de Guerra y Marina del
Gobierno de Rivera, en octubre de 1833. En febrero de 1835 fue
ascendido al grado militar de Brigadier General.
Vencido el primer mandato presidencial de Rivera,
Oribe fue electo su sucesor en la Presidencia de la República, el 1º de
marzo de 1835, por la unanimidad de los votos de la Asamblea
Legislativa; contando con el apoyo de Lavalleja y de Rivera por entonces
los primeros caudillos políticos.
Su Gobierno se caracterizó por abordar una serie de actividades
esenciales para la organización administrativa y financiera de la
República. Fueron creados durante ella los Departamentos de Tacuarembó,
Salto y Minas, elevándose a doce el número de jurisdicciones
departamentales. En el plano diplomático se produjo el reconocimiento
de la independencia por parte del Gobierno Español, poniéndose fin así
al estado de guerra.
Entre otras actividades de estructuración
administrativa, se dictó un Reglamento consular, se estableció la
Guardia Nacional efectuándose además una importante reestructura del
Ejército; y se dictaron normas en materia de Salud Pública.
La educación fue un tema al que el Gobierno de Oribe
prestó especial atención, estableciéndose dos nuevos Colegios a cargo
de maestros religiosos. También instaló Oribe la Universidad Mayor de la
República, lo que tuvo lugar en mayo de 1838.
Faltando pocos meses para terminar el mandato presidencial de Oribe, se
produjo la sublevación del Gral Rivera de 1836, quien lo depuso de su
cargo y volvió a ser electo Presidente por el período de 1839 a 1843.
Oribe emprendió entonces una lucha sostenida por recuperar la
Presidencia y vencer a Rivera, para lo cual obtuvo el apoyo del
Gobernador Juan Manuel de Rosas, empeñado en una lucha civil contra el
Gral. Urquiza.
Las luchas políticas entre Oribe y Rivera - que
originaron las colectividades políticas de los Partidos Blanco y
Colorado, respectivamente - se vieron así vinculadas a la contienda
entre Rosas y Urquiza, respectivamente gobernadores de Buenos Aires y de
Entre Ríos; y a las acciones que cumplían en el Río de la Plata las
fuerzas francesas e inglesas, especialmente mediante sus flotas navales
que bloquearon el puerto de Buenos Aires entre 1845 y 1850, e impidieron
que la armada rosista al mando del Almirante Brown lograra bloquear a
Montevideo, defendida por la flota comandada por José Garibaldi.
La Guerra Grande
- como se llamó al conflicto prolongado entre 1843 y 1851 - terminó con
el acuerdo de paz firmado el 8 de octubre de 1851, en el cual se
proclamaba que no había ni vencidos ni vencedores.
Finalmente, luego de la derrota de las fuerzas de
Rosas por parte de Urquiza, Oribe se trasladó a España, de donde regresó
en 1855, permaneciendo definitivamente alejado de la vida política.
Oribe falleció en su quinta del arroyo Miguelete, el 12 de noviembre de
1857.